Siento el frío que acecha a nuestras puertas
y el armario vacío de sueños
La casa desvastada y la muerte segura de la tarde
que vino y se fue con las sombras.
No somos los de ayer, no dibujamos
traspasados en los árboles
ni siquiera mantenemos las miradas.
No hay horizontes, ni estrellas, ni caminos…
hemos llegado al borde de la nada…
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