martes, 13 de noviembre de 2007

TU CUERPO SABE A SAL A CICATRIZ A LLANTO
a madreselva aprisionada por las piedras y el tiempo
baño el recuerdo en las caracolas, de espuma, de tu mar
mientras las gaviotas vuelven al arco iris de mi dolor
y la tarde se crece por el puerto.

Brillan las estrellas en la barbacoa de mi esperanza
entre neones cálidos y pirámides truncadas del atardecer
de los parques de ayer, huecos llenos de orillas
del abismo orientado al norte de las olas que te guardan.

tu cuerpo sabe al aire que lejano recorre
la tarde al horizonte en dirección inversa
al cantar de las aves que reclaman
una quebrada nocturna en el crepúsculo.

Por mi nostalgia lloran los telegramas de tu mano
la arenísca erosionada la hondura de tus ojos
entre las olas donde habito. Un puñado de flores
se me crece, salvaje, al borde de las rocas.

Hoy que tornan al mar las gaviotas
oriento hacia tu norte las olas que te anidan

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