miércoles, 18 de abril de 2007

A Clara

Que este día tenga para ti la suavidad de la blanca nube,

la caricia de un pétalo de rosa, el abrazo de la fuerte enredadera

que lleguen en este día las palabras precisas: sonrisa dulzura, mirada tan limpia....

Eres flor que embellece el camino, donde tus pasos pisan.

Déjame decirte mil felicidades, desearte paz, alegría y todo aquello que tu corazón desea

Que tu sonrisa sea eterna, y siga siendo tu mirada, aquella donde otras se regocijan...

que tus manos encuentren siempre las caricias.

La flor de tu sonrisa perfuma el valle,

los lirios han vuelto a crecer a la llegada de la primavera,

entre los olmos discurre el viento vacilante

Y tú, hermosa en la mañana, pequeña mariposa,

eres claridad y blancura como un sueño de paz en tu dulzura

lunes, 16 de abril de 2007

Me dicen que has muerto las adelfas hirientes

de los jardines yertos, y no quiero que el sueño

que retiene mi pecho se marche de esta noche

completa cabalgada, de llanto, por los bosques...

Si no existe ventana, ni lira encadenada,

a los bancos de ayer, ni a los pétalos húmedos,

si no existen arroyos sumergidos de espumas

ni cometas, de piedra, cruzando tu paisaje.

Sueños, como ausencias, de crepúsculos nuevos,

redoblan en el aire, del páramo encendido,

infinitos rumores de castillos y torres,

cataclismos guerreros y mares olvidados...

Y vienes de la sombra de mi dolor de ahora,

con sabor a la tarde, compartida en tus labios

y deshago la historia, completa, y en tus brazos

duermo la noche como un sueño encantado.

En las torres y piedras de los claustros viejos

se levanta de la noche un vergel infinito.

PLAZA MAYOR. SALAMANCA

" Iré a otro país, veré otras playas;
buscaré una ciudad mejor que ésta.
Todos mis esfuerzos son fracasos
y mi corazón como muerto, está enterrado.

No encontrarás otro país ni otras playas,

Llevarás por doquier y a cuestas tu ciudad.

K. Kavafis

Hay una ciudad en el aire, una ciudad casi invisible suspensa,

cuyos vagos perfiles sobre la clara noche transparentan,

como las rayas de agua en un pliego, su cristalización poliédrica.

Una ciudad tan cercana, que enamora con su presencia.

Toda mi vida, Salamanca, es como un encaje pacientemente tejido a tu abrigo. No importa el color del hilo, ni la ciudad misma. Lo valedero es la verdad de la pertenencia y la infinitud. Porque me tienes para la eternidad, en una adopción que yo amo con una libre servidumbre apasionada, pues no puedo irme de ti sin volver la cara y regresar luego más ligero que si tuviera zapatos de viento. Bien que lo saben todos y hasta muchos se sonríen ¡Qué me importa!
Conozco la dicha de ser propiedad de una ciudad y de sentirla piel, sueño, insomnio gigante, esperanza de polvo, montaña de acontecimientos.

Me gusta escribir —como si nada y a la vez todo fuera importante—

el sencillo irse de las horas sentado en la terraza de un café
aquí en el centro del incendio, en plena Plaza y siempre.
Escribir, como si estuviera escrito, que el ruido de esas tazas sobre el mármol tuviera que pasar el sonido claro de los versos.

La tarde entera se remansa en la plaza, serena y sazonada, bienhechora y sutil como una lámpara, clara como una frente, ¡Qué bien se ve la tarde desde el fácil sosiego de las terrazas, la tarde que igualadora de almas se abre, como el sueño, por esta brecha abierta en medio de la ciudad del aire.

sábado, 14 de abril de 2007

Todo lo que tiene de bello el mar

lo refiero a la tarde infinita,

motores de la ciudad, jardín y cementerio

de chatarras fósiles, inamovibles y eternas.

O acaso es una referencia

al sentimiento lírico, a un estado

que acompaña al hombre.

Estas horas de mis tardes

tienen los teoremas, los signos

que conviven conmigo y, como parte viva,

construyen mi lenguaje

repetitivo, inusual, gastado,

que al final nos parece

una memoria viva.

viernes, 13 de abril de 2007

ANDRÉS ALÉN


TEXTO : Palabras para una exposición

El azar, el simbolismo de los cuadros de Alén, y por supuesto, su afinado lenguaje plástico en el expresionismo abstracto, se convierten en la hebra que nos descubre nuevos horizontes. Espacios visibles. Operación creadora. Eliminación y purificación. Dirección inversa. Alén siempre mantiene su personalidad

En Alen oscila la dualidad artista-creador, expresión conjunta de un lenguaje que se impone. Diálogo polémico que se abre a la magia de la pintura. Nuestro punto de partida es el concepto de pintura abstracta como historia misma de la pintura. En la obra de Alén hay que entrar en cada trazo y armonía; su música que enclavó diversos colores, formas que adquieren presencias objetivas y mágica: signo inmóvil que transita huecos en grandes espacios luminosos. El silencio es absoluto. Configuración de otro lenguaje. Cada línea busca la disolución de la forma: el instante reposa sombras. Es decir, la pintura de Andrés Alén admite términos: línea y color transforman un espacio oscuro, lo vuelven visible, lo desgarran, lo invocan. Sueño y palabra. Destino aparente. Juego único, perdición de lo trágico, transparencia inagotable que se inventa y se desvanece hasta deshacerse en el espacio en blanco y, de ahí, deshabitar otros muros.

Todo esto es arte de una conclusión pictórica y personal. La obra de Andrés Alén es coyuntura extraplástica y poética, creadora de un universo - afirmación personal-, de lo vivido, que es significación de un tiempo que rehace y deshace el mundo. Lenguaje global. La pintura abstracta es observar, oír, descifrar.

Hay pintores que se sirven del dibujo para crear su obra y hay dibujantes que se sirven de la pintura para inventar abismos. En ambas formas, el espacio está enterrado. Es una vía que convoca la invención de los sentidos. Imágenes visibles, soporte de apariencias visuales. Es como decía Baudelaire: provocación de los espacios, animación de abrir pasos violentos. Hacer palabras la imagen y viceversa. Se invierte y se suprime la relación objeto-sujeto. Convocar, herir, desafiar. Fractura de las distancias. Metáfora de la presencia.

Espacios pictóricos que van logrando diálogos transparentes; esto es, cada mancha asoma líneas constructivas, las cuales se vuelven tajantes ante el espacio en blanco. Contornos indefinidos, borraduras parciales que juegan y quizá allí Andrés Alén logra una gestualidad magnífica, única. Los tonos oscuros sobrepasan la nitidez de la mancha, expresan un lenguaje poético compacto. Desarticulación aparente. Figura geométrica.

El collage es otra de las conquistas en el arte de Andrés Alén. Significación de las cosas: pinta objetos y los transforma. Esta aparición es fundamental en su proceso creativo, quema sus zonas virginales. Aproximación del mito.

Andrés Alén es un productor de signos, significador de símbolos, que van más allá del elemento mítico. En suma, la obra de Alén tiene un doble secreto: crea pintura y la pintura crea collages. Es decir, la pintura en su concepto total es la única idea moderna. Mecanismo paralelo: antiguo y moderno.

Desde una visión retrospectiva, lo que Andrés Alén expone consiste en una lección que enseña cómo acercarse a la abstracción, cómo ser fiel a la composición del cuadro. Si nos enfrentamos a la situación de su evolución estética, la característica fundamental sería ese tránsito: evolucionar. Se trata de óleos, dibujos y collages en transición no sólo en sentido teórico, sino en todos los niveles artísticos.

La dimensión total de la obra de Andrés Alén se refleja en un tiempo fantástico que traza el "mapa abstracto" temporal de su trabajo. A partir de ahí, imagina los cuadros que más tarde realiza. Fragmento dispar es lo que es y otras diversas cosas. Espacio nuevo, animal nítido, hallazgo literario. En muchos casos, Alén revela los significados de la realidad. Es capaz de contradecirse. Pero no de dudar ante la distribución del espacio pictórico, del límite entre cromatista y el dibujante. Sus cuadros impresionan por su composición: arquitectura rítmica en distintos planos.

Andrés Alén es ilusionista del mundo, expresionista abstracto. Pintor que no balbucea sino que ilumina. Creador, ante todo, de un lenguaje.

domingo, 8 de abril de 2007

José Ledesma

A José Ledesma,

desde nuestra amistad de siempre

Nos volveremos a encontrar caminando por las plazas vacías de la memoria. Se volverán a abrir las cancelas de la ciudad y tú estarás allí, como el árbol, con las raíces en la ciudad de tus secretos, sin saberlo.

Y sonarán las notas del concierto y tú estarás allí, como cualquier tarde de pasados inviernos.
En esta ciudad de la memoria te reencuentro paseando por las calles que tú pintaste, al pie de los palacios, junto al Tormes sereno.

Así fue el testimonio de la mirada que dejaste en el espejo representada en la alegoría, de casas de vidrio mecidas por el viento, de un otoño en perspectiva
Así es: altiva y bella la ciudad que aparece en el papel. como arquetipo de lo eterno. luz, luz y luces, de repente en la pluralidad del entorno en que se justifica seguir, y seguir el sonido de tu voz en medio de las sombras.
Hoy siento la melancolía de la noche en los muros de la ciudad hermosa, de los arcos por donde el viento silente fluye y ronronea tu nombre.
Observo las ventanas encendidas en una caminata sosegada: una calle te enseña otra, y en cada una de ellas reconozco el camino que justo y verdadero me recuerda a ti.

En el recuerdo de esta tarde la Sinfonía "Inacabada". Schubert