viernes, 13 de abril de 2007

ANDRÉS ALÉN


TEXTO : Palabras para una exposición

El azar, el simbolismo de los cuadros de Alén, y por supuesto, su afinado lenguaje plástico en el expresionismo abstracto, se convierten en la hebra que nos descubre nuevos horizontes. Espacios visibles. Operación creadora. Eliminación y purificación. Dirección inversa. Alén siempre mantiene su personalidad

En Alen oscila la dualidad artista-creador, expresión conjunta de un lenguaje que se impone. Diálogo polémico que se abre a la magia de la pintura. Nuestro punto de partida es el concepto de pintura abstracta como historia misma de la pintura. En la obra de Alén hay que entrar en cada trazo y armonía; su música que enclavó diversos colores, formas que adquieren presencias objetivas y mágica: signo inmóvil que transita huecos en grandes espacios luminosos. El silencio es absoluto. Configuración de otro lenguaje. Cada línea busca la disolución de la forma: el instante reposa sombras. Es decir, la pintura de Andrés Alén admite términos: línea y color transforman un espacio oscuro, lo vuelven visible, lo desgarran, lo invocan. Sueño y palabra. Destino aparente. Juego único, perdición de lo trágico, transparencia inagotable que se inventa y se desvanece hasta deshacerse en el espacio en blanco y, de ahí, deshabitar otros muros.

Todo esto es arte de una conclusión pictórica y personal. La obra de Andrés Alén es coyuntura extraplástica y poética, creadora de un universo - afirmación personal-, de lo vivido, que es significación de un tiempo que rehace y deshace el mundo. Lenguaje global. La pintura abstracta es observar, oír, descifrar.

Hay pintores que se sirven del dibujo para crear su obra y hay dibujantes que se sirven de la pintura para inventar abismos. En ambas formas, el espacio está enterrado. Es una vía que convoca la invención de los sentidos. Imágenes visibles, soporte de apariencias visuales. Es como decía Baudelaire: provocación de los espacios, animación de abrir pasos violentos. Hacer palabras la imagen y viceversa. Se invierte y se suprime la relación objeto-sujeto. Convocar, herir, desafiar. Fractura de las distancias. Metáfora de la presencia.

Espacios pictóricos que van logrando diálogos transparentes; esto es, cada mancha asoma líneas constructivas, las cuales se vuelven tajantes ante el espacio en blanco. Contornos indefinidos, borraduras parciales que juegan y quizá allí Andrés Alén logra una gestualidad magnífica, única. Los tonos oscuros sobrepasan la nitidez de la mancha, expresan un lenguaje poético compacto. Desarticulación aparente. Figura geométrica.

El collage es otra de las conquistas en el arte de Andrés Alén. Significación de las cosas: pinta objetos y los transforma. Esta aparición es fundamental en su proceso creativo, quema sus zonas virginales. Aproximación del mito.

Andrés Alén es un productor de signos, significador de símbolos, que van más allá del elemento mítico. En suma, la obra de Alén tiene un doble secreto: crea pintura y la pintura crea collages. Es decir, la pintura en su concepto total es la única idea moderna. Mecanismo paralelo: antiguo y moderno.

Desde una visión retrospectiva, lo que Andrés Alén expone consiste en una lección que enseña cómo acercarse a la abstracción, cómo ser fiel a la composición del cuadro. Si nos enfrentamos a la situación de su evolución estética, la característica fundamental sería ese tránsito: evolucionar. Se trata de óleos, dibujos y collages en transición no sólo en sentido teórico, sino en todos los niveles artísticos.

La dimensión total de la obra de Andrés Alén se refleja en un tiempo fantástico que traza el "mapa abstracto" temporal de su trabajo. A partir de ahí, imagina los cuadros que más tarde realiza. Fragmento dispar es lo que es y otras diversas cosas. Espacio nuevo, animal nítido, hallazgo literario. En muchos casos, Alén revela los significados de la realidad. Es capaz de contradecirse. Pero no de dudar ante la distribución del espacio pictórico, del límite entre cromatista y el dibujante. Sus cuadros impresionan por su composición: arquitectura rítmica en distintos planos.

Andrés Alén es ilusionista del mundo, expresionista abstracto. Pintor que no balbucea sino que ilumina. Creador, ante todo, de un lenguaje.

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